sábado, 5 de octubre de 2013

"El puerto. Memoria gráfica de Buenaventura". Diego Calero Sánchez. Periódico “El Puerto”, 75 años. Editorial Universidad del Valle, Octubre 2013

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"El puerto. Memoria gráfica de Buenaventura" 
Diego Calero Sánchez 
Periódico “El Puerto”, 75 años. 
Editorial Universidad del Valle, Octubre 2013
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El Periódico “El Puerto” y su Memoria
Por Fabio Martínez *
Universidad del Valle Sede Pacífico, Director
En el año de 1938, durante el gobierno del Presidente Eduardo Santos Montejo, un grupo de amigos que se reunían en un pequeño café de Buenaventura, decidieron fundar el periódico “El Puerto”.
En el país se respiraba una atmósfera de cambios y reformas económicas y sociales. El Gobierno anterior, que estuvo en las manos de Alfonso López Pumarejo, acababa de realizar la famosa “Revolución en marcha”, que se empeñó en modernizar el país, contra las ideas ultramontanas, que venían del siglo pasado.
El grupo de amigos, encabezado por Teodomiro Calero Vernaza, quien a la época era un empleado de los Ferrocarriles del Pacífico, vio la necesidad de crear un medio informativo, que rompiera con el aislamiento crónico que sufría el puerto, y a su vez, dotara a la ciudad de un periódico, que diera cuenta del día a día, de su vida cotidiana y social.
Fue así como don Teodomiro Calero, en compañía de Gilberto Morionis Payán, Modesto Satizábal Vergara y Emilio Varossi, fundaron el periódico “El Puerto” el 9 de Ocubre de 1938, hace setenta y cinco años.
A partir de este momento, el periódico “El Puerto” comenzó a tener una interlocución con los gremios de la ciudad, con el sector político y con la ciudadanía en general, convirtiéndose en el puente de comunicación y diálogo con la clase dirigente regional y nacional, que ha mantenido una mirada excluyente frente al puerto más importante del país.
En los años cincuenta, durante el período de la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, “El Puerto” fue objeto de la censura, así como lo fueron: “El Tiempo, “El Espectador” y El Siglo”, entre otros.
Luego de la dictadura, “El Puerto” continuó en la brega de informar a la ciudad; y de opinar acerca de los problemas álgidos que ha vivido esta importante ciudad enclavada en el Pacífico colombiano.



A lo largo de sus 75 años, “El Puerto” ha contado con varios directores, entre los que se cuentan, su director fundador: Teodomiro Calero Vernaza, Gómalo Arias, Lides Renato Batalla, Carlos Olave, Eugenio Caicedo, Servando Ferrer García, Pedro Vega Vence, Silvano Garcés, Armando Caicedo, Antonio Ahumada y Diego Calero Sánchez.
La última etapa de “El Puerto” ha estado bajo la dirección de Diego Calero Sánchez, el hijo de don Teodomiro, quien asumió las riendas del periódico en el año de 1987. Luego, en 2000, al ingeniero Calero Sánchez le tocó asumir la primera transformación tecnológica del periódico, dejando atrás el mundo de los linotipos y las galeras, para asumir el nuevo sistema de armado en sistema digital y la impresión en offsefet.
El reto actual de “El Puerto” es, además de seguir editándolo en papel, entregarlo al público en su versión digital.
La Universidad del Valle, bajo la dirección del doctor Iván Ramos Calderón; del Director de Regionalización, profesor Adolfo Adrián Álvarez; y del Director de la Sede Pacífico, profesor Fabio Martínez, quiere rendirle un homenaje a “El Puerto”, el periódico más importante de la ciudad, y entregarle al sector público, a los gremios y a la ciudadanía bonaverense, este libro, que se constituye en la memoria gráfica de la ciudad.



Universidad del Valle Sede Pacífico, Director
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La edición de EL PUERTO, del 26 de agosto de 2013
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Algunas páginas del libro
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Página 5, con texto de Óscar Collazos

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ALGUNAS FOTOS DEL LIBRO
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Hotel Estación de Buenaventura, 1955 aprox. 
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Piscina de Hotel Estación de Buenaventura, 1955 aprox. 
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EL LIBRO SE LANZARÁ 
EL 15 DE OCTUBRE, 2013,  A LAS 4:00 PM 
EN EL 
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NTC ... ENLACES sobre el periódico  "EL PUERTO"
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MENSAJES y COMENTARIOS
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De: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Fecha: 5 de octubre de 2013 12:49

Asunto: Buenaventura
Para: NTC …  ntcgra@gmail.com

Excelente noticia la publicación de la Memoria  Gráfica de Calero  sobre el puerto. Alguien debería escribir la verdadera historia de Buenaventura, un puerto sin más gracias que su malaria y su cochinada a través de varios siglos, desde Andagoya hasta Mosquera y Eder, que se atreven a hacer la carretera, a traer maquinarias para el Gran Cauca  por esas trochas. Es en esa carretera donde Isaacs * lleva las anotaciones de las planillas y escribe páginas de MARÍA. Es en esa carretera donde ha estado siempre la esperanza de la pereza vallecaucana y es en ese puerto de mar en donde  no hemos podido ni siquiera entender cómo actúan y piensan sus habitantes y hemos preferido estigmatizarlos para que sigan siendo peor de lo que fueron sus bisabuelos.

Mil gracias como siempre
Gustavo Álvarez Gardeazábal ( 1 )
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http://ntc-documentos.blogspot.com/2013_09_21_archive.html
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De: Maruja Vieira
Fecha: 5 de octubre de 2013,  13:14

Asunto: Re: Piscina del Hotel Estación Buenaventura, 1955 aprox..
Para: NTC ntcgra@gmail.com

Queridos NTC …  :

El Hotel Estación de Buenaventura ... ¡cuánto lo recuerdo! Doce años en el Sena de Cali fueron los tiempos de Buenaventura y el Centro Náutico Pesquero, fueron los tiempos de Monseñor Gerardo Valencia Cano, en las palabras de Helcías Martán: El hermano mayor/ cambió por un tambor/ el arpa de David/ y la espada del Cid/ por la caña del pescador..."

Fueron los tiempos del Festival Folclórico, que nació allá con Petronio Álvarez y "Mi Buenaventura", lindo puerto de mar que no se olvida nunca. Conocí el viejo hotel, cuando yo llamaba previamente al administrador y le recordaba que encerrara al gato en mi pieza, para que espantara por la noche a los murciélagos ... . Esas fotos despertaron toda mi nostalgia, gracias por ellas.


"Puerto de Buenaventura" se titula uno de los últimos poemas escritos por José María Vivas Balcázar, que está contenido en la Antología que publicó el Departamento del Valle:


Puerto de Buenaventura, / cuánto barro y cuánta estrella! // Casas de zinc/ la palmera / es una estrofa de oro /cuando con risa de coco/pasa una negra. // Llega un tren / y parte un barco./ Agua sucia / Espuma. /Arena. // Un marino toma ron / hundido en una taberna. Un tambor, / una marimba / y una pena. // Barco y tren / tren y barco / y nadie llega.

Un abrazo de Maruja Vieira ( 1 )
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De: Hernán Rodríguez
Fecha: 5 de octubre de 2013,  23:25

Asunto: RE: Diego Calero Sánchez, Director del Periódico El Puerto ... ( en sus 70 años). Encuentro Universitario de la Cultura, Versión 9. Libro ....

Para: NTC … ntcgra@gmail.com
Apreciados amigos d NTC …

Teodomiro Calero Vernaza, tras muchos años de periodismo en el Diario del Pacífico, y creo que, hasta en el Correo del Cauca, vino a trabajar en Buenaventura con en el FFCC del Pacífico; conoció a Humberto Moriones, un periodista formado en Cartago, y, en el Grand Hotel, de doña Matilde Farah viuda de Mancheno, situado -entonces- en la esquina donde, muchos años después, nuestra común amiga Betty Aguilar tuvo su Fuente de Soda-Bar: "La Recalada" -bautizado así por María Luisa Lorza de Orejuela, refiriéndose a los barcos que arriban al puerto-; la edificación se trasladó a la esquina siguiente, , en la calle que, saliendo de la Catedral, desemboca en el límite de los parques Santander y Vázquez Cobo. Nuestro también común amigo Carlos Ramírez -quien vivía en la edificación inicial del hotel, y dicen las malas lenguas que gratis, pues alegraba la soledad de la viuda de Mancheno-, ayudó a la financiación del Proyecto.

Teodomiro Calero Vernaza ( 1 , 2 )

Moriones hizo mutis por el foro, y Teodomiro se quedó sólo en el escenario, al crear el semanario que, inicialmente, se llamó "El Occidente"


Afugias de Tedomiro, lo llevaron a alquilarle el periódico, hacia 1954, a Gonzalo Arias Restrepo, un comerciante de Armenia con una leve vocación de periodista, y una exacerbada de figuración. "Gira la noria del tiempo", para no citar a Manzanero, y el periódico vuelve a manos de Tedomiro, pero, hacia comienzos de la década del 60, don Álvaro H. Caicedo y el Ing. Luis Enrique Palacios Iragorri, conservadores Laureanistas, deciden hacerle frente a "El País", resueltamente Ospinista, y se encapricharon en que su publicación debería llevar el nombre de Occidente, en cuanto a Álvaro H., tal vez reminiscencia de unos aserraderos que montó su padre acá: "Aserraderos de Occidente", y que para dirigirlo designó al "Copetón" Quijano y a Raúl Arrázola Gerlein. Entonces adoptamos el actual nombre de "El Puerto"; para entonces yo ya era corrector de prueba, vinculado a ese medio, impreso tipográficamente por doña Carmen del Valle, una dama de Tumaco, y Ulises Ibarguen, de Quibdó, ambos tipógrafos formados en el oficio, en sus respectivos lares. El Maquinista de la antañosa impresora era Liborio Torres.  

Después de "idas y venidas, vueltas y revueltas", Teodomiro les cedió el nombre, tras una serie de compensaciones, tales como que todo el material gráfico que publicara "Occidente", podría reproducirse sin crédito, etc. Cuando el nuevo "Occidente" pasó a la impresión en frío, le cedió un linotipo.

Me vinculé a "Occidente" en 1953, a raíz de la caída de Laureano. Solamente llevaba noticias relacionadas con la Aduana -donde trabajaba- y con el movimiento portuario, pero no podía figurar, por mi condición de empleado público. "El Occidente" circulaba los sábados; la impresión comenzaba los martes, con artículos de Buenaventura.  Naranjo, cuyo pseudónimo era Gabino Jique y "Sobre el Yunque" de Servando Ferrer, padre del Ing. Gabriel Ferrer Molrcillo, que  hoy es concesionario de TV local, en donde hay varias publicaciones que él orienta -"hijo de tigre nace pintado"-, y otros que, en la bruma de mis recuerdos de hace 60 años, ya no puedo precisar. Pero el jueves y -sobre todo- el viernes, el ritmo era frenético. La edición tenía que quedar impresa en la noche, con las noticias de primera página frescas de lo que pasaba en la Alcaldía y en la ciudad. El doblaje era manual, y teníamos que sentarnos sobre unas tablas, para que los ejemplares quedaran bien asentados, según el peso de cada cual. Antes de cerrar ya habíamos ingurjitado un delicioso "pusandao" que doña Teresa, en medio de su intensa ocupación, alcanzaba a hacer; y varios frascos de escocés ya estaban vacíos. Otros -muy pocos- consumían aguardiente. Terminar cada edición era un motivo de júbilo, cada vez como si fuera el primer número. Era montada, físicamente, con las uñas de los tipógrafos, y cada uno hacía lo suyo. Dejábamos a don Teodomiro, "sano y salvo", en su casa de al lado del Teatro Caldas, y nos disgregábamos. Estaba casado con doña Carmen Sánchez, de cuya unión hubo una linda rubiecita, María Cristina, y Diego Calero Sánchez, quien lo dirige desde la muerte de su ilustre padre, y al cual emanario me siente, afectivamente -como si mi "pase" de Periodista fuera de esa casa-. Diego lo dirige con su criterio y visión, como es apenas natural, pero ya no existe esa especie de "Consejo Editorial", de los tiempos de Teodomiro, cuando siempre se hacía lo que él decidía, pero tras largas discusiones. Por distintas circunstancias, entre otras que Teodomiro debió asumir las funciones de Registrador de Instrumentos Públicos, por ser el suplente de uno que se suicidó, fue dirigido, también, por Pedro Vega Vence, Antonio Ahumada Fernández y Lides Renato Batalla. Si llego a recordar al más, relevante, se los agregaré.

Con mi afecto de siempre, hernánrodríguez *
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"Potrillo a vela" 
en la Bahía de Buenaventura 
Gracias a la colaboración y envío (Oct. 25, 2009), que agradecemos,  de la Biblioteca de la Universidad de los Andes en donde, por donación, se encuentran digitalizadas todas las fotografías tomadas (1953) por  ROBERT WEST* en el Pacífico Colombiano.  
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